sábado, 1 de agosto de 2015

Otro desastre.

Buenas de nuevo, ya estoy cogiendo hábitos de blogger, escribiendo casi día a día. Aunque lo que os voy a contar en esta nueva entrada ocurrió hace unos cuantos días. Seis días exactamente.
Tres días después de mi llegada a la familia, me despertó la madre pronto por la mañana porque se iban ella y el padre a montar en bici (hacen ciclismo de carretera). Todo fue perfecto hasta que de repente llamaron a la abuela al móvil para decirle que Sarah había tenido un accidente. Como las carreteras aquí son estrechas y con curvas cerradas, típicas de pueblos montañosos, y por el cambio de sentido de los coches de Inglaterra, la madre se equivocó de lado en la carretera y un coche se le echó encima. Tuvo que esquivarlo bruscamente y se cayó por el terraplén.
La abuela fue a buscarles en coche y la llevaron al hospital, donde se quedó ingresada hasta el día siguiente. Yo tuve que quedarme toda la mañana y toda la tarde con los tres niños, casi 12 horas estuve cuidándolos.
En fin, al día siguiente, cuando llegó la madre del hospital, tenía toda la cara llena de cortes y heridas, las dos manos y una rodilla vendadas, la clavícula rota y rozaduras por todo el cuerpo. Por tanto, yo sabía de sobra que me iba a tocar currar el doble de lo que había estado haciendo, suerte que estaba la abuela también que me ayudaba. Bueno, pues tras el accidente, que ya han pasado unos días, estoy trabajando el doble (ahora tengo que poner lavadoras, tender la ropa, planchar, fregar y hasta ayudar a hacer la comida), aunque la verdad es que no me importa mucho porque la familia me trata taaaaaaaan bien que me sentiría mal si no les ayudara como lo estoy haciendo.
Estos días han sido bastante ajetreados, como era de esperar, pero ya voy acostumbrándome a esta nueva vida y cada vez me cuesta menos trabajar. A ver si es verdad que después de la tempestad llega la calma...


Chaito!


'Stay tuned'


No hay comentarios:

Publicar un comentario